Se rompe una antena crucial, lo que retrasa la investigación de asteroides y genera preocupación sobre futuras misiones
Desde hace casi dos meses, la NASA lucha contra los cortes de comunicación con sus naves espaciales, consecuencia de una importante avería en una de sus herramientas más vitales: la Red del Espacio Profundo (DSN). Específicamente, el problema radica en la histórica antena de radio de 230 pies de ancho de la agencia cerca de Barstow, California, apodada Antena de Marte por su papel en la recepción de señales de sondas robóticas que exploran el Planeta Rojo.
Este gigante, aproximadamente del tamaño de un avión Boeing 747, falló el 16 de septiembre cuando giró demasiado durante las operaciones, tensando los cables y tuberías internos. Las inundaciones causadas por mangueras dañadas del sistema de extinción de incendios agravaron aún más el daño (aunque este daño por agua se contuvo rápidamente). Si bien la NASA ha establecido una junta de investigación para determinar la causa exacta, la antena permanece fuera de línea mientras los ingenieros evalúan el alcance del daño y planifican las reparaciones.
El momento no podría ser peor. Con el cierre del gobierno federal, la comunicación con el personal de la NASA se vio gravemente obstaculizada durante semanas, dejando preguntas sin respuesta. El cronograma de reparación sigue envuelto en incertidumbre, lo que genera ansiedad sobre cómo esta interrupción podría afectar las misiones futuras, particularmente Artemis II. Este ambicioso proyecto tiene como objetivo enviar astronautas alrededor de la Luna el próximo año.
Artemis I, su precursor, contó con más de 900 horas de soporte DSN en 2022 e incluso experimentó breves cortes de comunicación durante el vuelo, lo que ilustra claramente la fragilidad de este sistema vital.
Un salvavidas global para la comunicación de naves espaciales
La Red del Espacio Profundo es una maravilla mundial y cuenta con tres complejos de antenas estratégicamente ubicados en California, España y Australia. Esta red funciona las 24 horas del día para garantizar un contacto continuo con las naves espaciales que orbitan la Tierra o se aventuran más en nuestro sistema solar. Es responsable de comandar y monitorear más de 40 misiones en curso, con muchas más en el horizonte.
No se puede subestimar su importancia. Como afirmó Al Bhanji, ex director de DSN, durante su 50 aniversario en 2013: “Sin el DSN, nunca hubiéramos podido emprender viajes a Mercurio y Venus, visitar asteroides y cometas… nunca hubiéramos visto las impresionantes imágenes de los robots en Marte, ni las vistas de cerca de los majestuosos anillos de Saturno”.
Un sistema bajo presión
La envejecida infraestructura se enfrenta a una presión cada vez mayor. El propio Inspector General de la NASA ha pedido repetidamente actualizaciones para abordar una carga de datos cada vez mayor que se ha disparado en un 40% desde que se construyó el sistema hace tres décadas. A pesar de los esfuerzos en curso, incluido un programa para agregar seis nuevas antenas (con un nuevo plato de 112 pies de ancho programado para California en 2026), el DSN sigue estando al límite.
La propia antena de Marte dañada desempeña un papel fundamental más allá de la comunicación rutinaria de las naves espaciales. Como radar planetario más sensible del mundo, escanea asteroides cercanos a la Tierra. Esta técnica de “ping” permite a los científicos identificar sus posiciones, velocidades y trayectorias, cruciales para identificar amenazas potenciales a nuestro planeta. Las imágenes de radar también pueden revelar detalles vitales sobre las características físicas de un asteroide, complementando los datos recopilados a través de telescopios ópticos.
La Antena de Marte adquirió una importancia aún mayor después del devastador colapso del Observatorio de Arecibo en Puerto Rico en 2020. Desde entonces, ha detectado más de 200 asteroides cercanos a la Tierra, y más de la mitad están clasificados como “potencialmente peligrosos”. La ausencia de la antena obstaculizará gravemente estas observaciones cruciales al menos hasta finales de este año.
La buena noticia es que la NASA mantiene un sistema resiliente y redundante. Si bien se están realizando reparaciones en la antena de Marte, otras antenas DSN aún pueden respaldar algunas misiones críticas. Sin embargo, el incidente resalta tanto la importancia vital como la vulnerabilidad inherente de esta infraestructura. A medida que nos embarcamos en nuevos y ambiciosos esfuerzos de exploración espacial, garantizar la salud y la resiliencia de la Red del Espacio Profundo será cada vez más primordial.





























