BREMEN, Alemania – Un astronauta alemán será el primer europeo en viajar más allá de la órbita terrestre y llegar a la Luna como parte de una futura misión Artemis liderada por la NASA, confirmó la Agencia Espacial Europea (ESA) el jueves 27 de noviembre en el Consejo Ministerial de la ESA en Bremen. Este hito representa un importante paso adelante para la exploración espacial europea, garantizado gracias a las importantes contribuciones financieras de Alemania a la ESA y su papel fundamental en la construcción de componentes clave para el programa Artemis.
La inversión de Europa en misiones lunares
Alemania es el mayor contribuyente financiero a la ESA, y su fábrica de Airbus en Bremen es responsable del montaje del Módulo de Servicio Europeo (ESM). El ESM es esencial para la nave espacial Orion, ya que proporciona funciones vitales como propulsión, potencia y soporte vital durante las misiones lunares. Más allá del MEDE, las naciones europeas –específicamente Francia e Italia– también están construyendo elementos para el Lunar Gateway, una estación espacial planificada que orbitará la Luna y que estará operativa en 2027.
La ESA consiguió tres asientos de astronauta en las misiones Artemis a cambio de estas contribuciones. El director general Josef Aschbacher afirmó que el primer vuelo más allá de la órbita terrestre baja será “una gran inspiración y un motivo de orgullo para su país y para Europa en general”.
Los contendientes por Artemis 4
Alemania cuenta actualmente con dos astronautas experimentados en el cuerpo de la ESA con más probabilidades de ocupar el puesto histórico: Matthias Maurer, de 55 años, y Alexander Gerst, de 49. Ambos han pasado mucho tiempo en la Estación Espacial Internacional (ISS). Aunque Alemania también tiene dos astronautas de reserva, Amelie Schoenenwald y Nicola Winter, ninguno de ellos ha volado todavía al espacio.
Gerst pasa 362 días en el espacio, incluida una caminata espacial de seis horas en 2014 y un período como comandante de la ISS en 2018. Maurer completó una misión de 176 días a la ISS en 2021, que también incluyó una caminata espacial. Estas experiencias los posicionan como pioneros de la misión Artemis 4, actualmente prevista para la segunda mitad de 2028.
Participación europea más amplia
Mientras que Alemania enviará al primer europeo a orbitar la Luna, Francia e Italia están preparadas para enviar sus propios astronautas a la superficie lunar en misiones Artemis posteriores. El astronauta francés Thomas Pesquet, con 397 días en el espacio en dos misiones a la ISS, es un fuerte candidato. La nueva astronauta de la ESA, Sophie Adenot, piloto de helicóptero seleccionada en 2022, también está adquiriendo experiencia en la ISS, lo que podría calificarla para un futuro vuelo lunar.
Italia también tiene contendientes, incluidos Luca Parmitano y Samantha Cristoforetti, ambos veteranos de misiones de larga duración a la ISS y múltiples caminatas espaciales. Parmitano sobrevivió notablemente a un incidente casi fatal de inundación de casco durante una caminata espacial.
Incertidumbre futura e independencia europea
La NASA ha anunciado la tripulación de Artemis 2, que orbitará la Luna en 2025, y está previsto que Artemis 3 lleve humanos a la Luna en 2027. Sin embargo, el destino a largo plazo del programa Artemis sigue siendo incierto. La administración del presidente estadounidense Donald Trump ha manifestado sus intenciones de descontinuar los programas Space Launch System (SLS) y Orion, reemplazándolos potencialmente con alternativas comerciales.
La ESA ha conseguido contratos con la NASA para producir seis módulos de servicio europeos para las misiones Artemis, pero su participación futura depende de una colaboración continua. El director de la ESA, Daniel Neuenschwander, ha declarado que la agencia “mantendrá las opciones abiertas” más allá del ESM número seis, explorando posibles extensiones de la asociación Orion-ESM. Europa también está desarrollando el módulo de aterrizaje lunar Argonaut para entrega de carga, buscando mantener un papel en la futura exploración lunar independiente de la NASA.
El primer viaje europeo a la órbita de la Luna marca un punto de inflexión para el programa espacial del continente. Ya sea mediante una colaboración continua con la NASA o mediante un desarrollo independiente, Europa se está posicionando como un actor clave en la próxima era de la exploración lunar.


























