Un comportamiento parásito recientemente descubierto en ciertas especies de hormigas revela un método escalofriantemente efectivo para apoderarse de la colonia: manipular a las hormigas obreras para que maten a su propia reina. Los investigadores han documentado cómo las reinas de Lasius orientalis y L. umbratus induce hormigas obreras de L. flavus y L. japonicus a cometer matricidio, asegurándose el trono. Este es el primer caso conocido de un tercero que se beneficia directamente de la muerte de una hormiga reina.
El mecanismo de control
Las reinas parásitas se infiltran en las colonias anfitrionas imitando primero el olor de la colonia, engañando a los trabajadores para que las acepten como una de las suyas. Una vez aceptada, la reina invasora se acerca a la reina residente y la rocía con una sustancia química que incita una respuesta violenta por parte de las obreras. Esto provoca la muerte de la reina anfitriona, a menudo en cuestión de horas o días, dependiendo de la persistencia de la reina parásita.
Guerra química: el papel del ácido fórmico
Se sospecha firmemente que la sustancia química incitante es el ácido fórmico, un irritante común utilizado por las hormigas como defensa. Si bien el mecanismo exacto aún está bajo investigación, los investigadores están explorando si el ácido fórmico por sí solo es suficiente para desencadenar el matricidio, o si hay otras sustancias químicas aún no identificadas involucradas. Uno L. umbratus queen requirió sólo dos pulverizaciones para instigar el ataque, mientras que otra L. La reina orientalis roció a su víctima 16 veces durante 20 horas antes de que los trabajadores desmembraran a la reina anfitriona después de cuatro días.
Ventaja evolutiva
Este comportamiento representa una táctica evolutiva única. A diferencia de otras hormigas parásitas que matan directamente a la reina anfitriona, estas especies manipulan a las propias obreras de la colonia para cometer el acto. Esto puede reducir el riesgo de lesión o muerte de la reina invasora. Christine Johnson, ecologista del comportamiento del Museo Americano de Historia Natural, sugiere que este enfoque indirecto podría ser una estrategia evolucionada para minimizar el riesgo personal durante los intentos de adquisición.
Sucesión incierta
Sin embargo, ni siquiera un matricidio exitoso garantiza una transición sin problemas. La colonia puede aceptar a la reina parásita, pero no hay garantía de que las obreras adopten a su descendencia. Esto sugiere que si bien la reina parásita puede tomar el control mediante la manipulación, la supervivencia a largo plazo aún depende de la aceptación de sus esfuerzos reproductivos por parte de la colonia.
Este descubrimiento subraya la dinámica compleja y a menudo brutal dentro de las colonias de hormigas, donde el engaño y la manipulación pueden ser tan efectivos como la fuerza bruta para asegurar el dominio.
