La belleza del faisán dorado tiene un costo visual

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Los faisanes dorados machos cuentan con un plumaje impresionante para atraer a sus parejas, pero un nuevo estudio revela que esto tiene un inconveniente sorprendente: una visión periférica drásticamente reducida. Investigadores de la Universidad de Oxford han descubierto que las elaboradas plumas faciales de los pájaros machos crean un punto ciego significativo, lo que marca el primer caso conocido de diferencias de visión específicas de cada sexo en las aves.

El equilibrio entre apariencia y vista

Las vibrantes púas de la cola de color canela, las capuchas rayadas de color naranja y negro y las crestas de color amarillo brillante de los faisanes dorados machos son herramientas evolutivas para el cortejo. Sin embargo, estas características obstruyen físicamente su visión, limitando su capacidad para detectar depredadores o sortear obstáculos de manera efectiva.

“Tener un aspecto tan bueno tiene un coste”, explica el biólogo Steve Portugal. “Este increíble peinado recorta una gran parte de su visión”.

Cómo se desarrolló el estudio

El descubrimiento no era el objetivo principal de la investigación de Portugal. Inicialmente, su equipo investigó por qué algunas especies de aves chocan con estructuras construidas por el hombre, como las turbinas eólicas. Después de analizar la visión de aproximadamente 300 especies, no encontraron diferencias consistentes basadas en el sexo… hasta que probaron los faisanes dorados.

Las hembras, al carecer del plumaje facial ornamentado, poseen un campo de visión normal. El contraste fue lo suficientemente marcado como para impulsar más investigaciones, incluidos estudios sobre faisanes de Lady Amherst estrechamente relacionados (también muy ornamentados) y faisanes plateados y verdes más distantes con plumas en la cabeza menos extravagantes.

Metodología de prueba

Los investigadores utilizaron oftalmoscopios (dispositivos comúnmente utilizados por los oftalmólogos) para mapear los límites visuales de los faisanes machos y hembras. Las aves fueron cuidadosamente aseguradas en cunas de espuma con soportes de pico de silicona para asegurar una posición estable de la cabeza mientras la luz iluminaba sus ojos, reflejándose en las retinas para revelar el alcance de su visión.

Implicaciones e investigaciones futuras

Este hallazgo resalta las presiones evolutivas extremas que impulsan la selección sexual. Si bien la visión reducida puede plantear riesgos, la ventaja reproductiva obtenida a través de un mayor atractivo supera claramente esos riesgos para los faisanes dorados machos.

Esto plantea dudas sobre cómo estas aves compensan su discapacidad visual en la naturaleza, y si existen compensaciones similares en otras especies donde la ornamentación elaborada es común. El estudio subraya el hecho de que incluso las adaptaciones más sorprendentes pueden conllevar costos ocultos, moldeados por la lógica implacable de la selección natural.