Tres astronautas chinos se encuentran actualmente varados a bordo de la estación espacial Tiangong tras el inesperado regreso de sus predecesores, la tripulación Shenzhou-20. Esta situación pone de relieve posibles fallos en los protocolos de las misiones espaciales de China, lo que plantea dudas sobre la seguridad de la tripulación y la preparación logística. El incidente subraya los complejos riesgos inherentes a los vuelos espaciales de larga duración, incluso cuando las naciones amplían su presencia más allá de la Tierra.
El varamiento
La tripulación varada, formada por Zhang Lu, Wu Fei y Zhang Hongzhang, llegó a Tiangong el 31 de octubre como parte de la misión Shenzhou-21. Su misión era relevar a la tripulación del Shenzhou-20, que había estado en órbita durante un récord de 204 días. Sin embargo, un presunto impacto de desechos espaciales dañó la cápsula de retorno Shenzhou-20, lo que obligó a la tripulación a evacuar temprano el 14 de noviembre utilizando el vehículo de retorno designado para el Shenzhou-21.
Esto dejó a la tripulación del Shenzhou-21 sin medios para regresar a la Tierra. Según se informa, la Agencia Espacial Tripulada de China (CMSA) se está preparando para lanzar una cápsula Shenzhou-22 vacía como reemplazo, con una posible fecha de llegada el 24 de noviembre. Hasta entonces, la tripulación permanece en órbita, expuesta a riesgos de nuevos impactos de escombros o emergencias imprevistas.
Preocupaciones sobre el protocolo
La decisión de devolver a la tripulación del Shenzhou-20 antes de que estuviera instalada una cápsula de reemplazo ha generado críticas por parte de expertos en seguridad espacial. Victoria Samson, directora en jefe de la Secure World Foundation, expresó su preocupación por la falta de planificación de contingencia y afirmó: “Es desconcertante que la tripulación de reemplazo aparentemente no tenga un vehículo para regresar a la Tierra”.
El incidente plantea dudas sobre si CMSA priorizó el regreso inmediato de la tripulación del Shenzhou-20 a las necesidades logísticas de la misión Shenzhou-21. Si bien el razonamiento exacto aún no está claro, la situación resalta la importancia de las medidas de seguridad redundantes en los vuelos espaciales de larga duración.
Paralelos históricos
Se han producido “varamientos” similares en la Estación Espacial Internacional (ISS), donde los astronautas han permanecido en órbita durante períodos prolongados debido a retrasos logísticos o circunstancias imprevistas. Sin embargo, en esos casos, siempre había vehículos de regreso alternativos disponibles. La situación actual con la tripulación del Shenzhou-21 es diferente porque se quedaron sin una opción de regreso viable hasta el lanzamiento de la cápsula Shenzhou-22.
La situación subraya los riesgos inherentes a los vuelos espaciales, donde incluso fallas menores en los equipos o errores logísticos pueden tener consecuencias significativas para la seguridad de la tripulación.
Implicaciones futuras
Es probable que el incidente impulse una revisión de los protocolos de las misiones espaciales de China, en particular en lo que respecta a la redundancia en los sistemas de retorno de la tripulación. Garantizar que los astronautas siempre tengan múltiples opciones de regreso viables es fundamental para mitigar los riesgos de los vuelos espaciales de larga duración.
La situación también pone de relieve la necesidad de una mayor transparencia en las operaciones espaciales, ya que la información limitada sobre las misiones de China dificulta evaluar el alcance total de los riesgos involucrados.
Se espera que la tripulación varada del Shenzhou-21 complete su misión de seis meses según lo planeado, pero el incidente sirve como un claro recordatorio de la naturaleza impredecible de la exploración espacial y la importancia de tomar medidas de seguridad proactivas.




























