Según los informes, el jefe entrante de la NASA, Jared Isaacman, se ha comprometido a trasladar el transbordador espacial Discovery desde su ubicación actual en Virginia al Centro Espacial Lyndon B. Johnson en Houston, Texas. Esta promesa se produce después del cabildeo de los senadores John Cornyn y Ted Cruz, quienes defendieron la controvertida reubicación a través de una disposición incluida en un proyecto de ley de gasto más amplio.
Presión política y ambiciones nacionales
La medida no se trata simplemente de la herencia de los vuelos espaciales; está vinculado a objetivos políticos y económicos más amplios. La declaración de Cornyn destaca el deseo de mantener el dominio estadounidense en la exploración espacial, particularmente contra China, con énfasis en la adquisición de recursos lunares para la seguridad nacional. Este marco sugiere que la reubicación tiene un propósito estratégico más allá de preservar la historia.
La historia de fondo: ¿Por qué Houston?
El Centro Espacial Johnson (JSC) en Houston fue ignorado inicialmente cuando la NASA distribuyó los transbordadores espaciales retirados a los museos. Los senadores Cruz y Cornyn ven esto como un desprecio inaceptable hacia su estado, que históricamente ha sido fundamental para el programa de vuelos espaciales tripulados de la NASA. Su presión, primero a través de la “Ley para traer el transbordador espacial a casa” y luego a través de una disposición en el “One Big Beautiful Bill”, refleja la determinación de asegurar este activo para Texas.
Obstáculos logísticos y legales
El plan enfrenta obstáculos. El Museo Smithsonian del Aire y el Espacio, donde actualmente reside Discovery, argumenta que es propietario del transbordador y se resiste a la reubicación forzada. Existe la preocupación de que mover el orbitador “en una sola pieza”, como lo estipula Cornyn, pueda ser imposible sin causar daños. Los 85 millones de dólares asignados también pueden ser inferiores a los costos de transporte estimados entre 120 y 150 millones de dólares.
El papel de Isaacman y la supervisión futura
Isaacman, un empresario espacial multimillonario que ha financiado misiones con SpaceX de forma privada, podría acelerar el proceso de reubicación si es confirmado como administrador de la NASA. Su audiencia de nominación ante el Comité Senatorial de Comercio, Ciencia y Transporte está programada para el 3 de diciembre. Su confirmación lo colocaría en una posición clave para afrontar las complejidades logísticas, legales y financieras de la mudanza.
La decisión de reubicar Discovery subraya la creciente intersección de la política, la industria espacial privada y los intereses estratégicos nacionales en el futuro de la exploración espacial estadounidense. La medida probablemente sentará un precedente sobre cómo se distribuyen y aprovechan los activos de la NASA, priorizando potencialmente las consideraciones políticas sobre las puramente históricas o científicas.



























