Carreras con tu mente: la historia humana detrás del cibatlón

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La vida de Owen Collumb cambió para siempre en 1993 cuando, con sólo 21 años, un accidente de motocicleta lo dejó paralizado de cintura para abajo. Incapaz de mover las piernas y con un control limitado sobre los brazos, enfrentó inmensos desafíos al regresar a la vida diaria. Después de años en una residencia asistida, luchó por la independencia y finalmente se mudó a su propio departamento en Dublín, donde pudo vivir en sus propios términos.

Collumb no sólo sobrevivió; él prosperó. Asumió múltiples trabajos apoyando a organizaciones de derechos de las personas con discapacidad y defendiendo a personas que enfrentan barreras similares. Este espíritu decidido lo llevó a una etapa improbable: el Cybathlon. Celebrada cada cuatro años en Suiza, esta competencia única traspasa los límites de la tecnología de asistencia al enfrentar a equipos entre sí en una serie de desafíos “cotidianos” diseñados para simular tareas de la vida real. Piense en carreras en silla de ruedas, manipulación de objetos e incluso lanzamientos virtuales de pelotas, todo ello realizado utilizando prótesis e interfaces cerebro-computadora (BCI) de última generación.

El Cybathlon no se trata de exhibir maravillas tecnológicas; se trata de celebrar la resiliencia y el potencial humanos. Como dice uno de los fundadores del concurso, Roland Sigrist: “Ellos son los maestros de la tecnología, y no al revés”.

Para Collumb, que participa desde el evento inaugural en 2016, el corazón del Cybathlon está en su categoría más abstracta: los BCI. Estos extraordinarios dispositivos permiten a personas como él controlar computadoras sólo con sus pensamientos, transformando una imagen mental en un comando ejecutable. Imagínese querer que un cursor en su pantalla se mueva; así es esencialmente como funcionan las BCI. Para alguien paralizado del cuello para abajo, esta tecnología ofrece un salvavidas hacia la independencia. Podría significar controlar una silla de ruedas, jugar videojuegos o simplemente navegar por Internet, todo a través del poder de su mente.

El Cybathlon sirve como un poderoso microcosmos de nuestra relación en rápida evolución con la tecnología. A medida que la inteligencia artificial acelera el progreso en áreas como la robótica y la bioingeniería, las líneas entre humanos y máquinas se vuelven cada vez más borrosas. Las preguntas que plantean estos avances son profundas: ¿Hasta qué punto debemos abrazar esta integración? ¿Mejorará en última instancia vidas o creará desafíos imprevistos?

La historia de Collumb ofrece una visión convincente de un futuro posible. Subraya que la innovación tecnológica es más significativa cuando permite a las personas superar sus limitaciones y vivir una vida más plena en sus propios términos. Él encarna el espíritu del Cybathlon: “Esto no muestra tus discapacidades, sino lo que puedes hacer”, dice. “Puede que estés en silla de ruedas, es posible que no puedas moverte, pero puedes competir”.