Los astrónomos han identificado 53 cuásares extraordinariamente grandes, cada uno de ellos impulsado por un agujero negro supermasivo y que emite chorros de materia que se extienden hasta 7,2 millones de años luz. Esto los hace 50 veces más anchos que nuestra Vía Láctea, lo que representa algunas de las estructuras más inmensas jamás observadas en el universo.
La escala de estos gigantes cósmicos
Estas estructuras, conocidas como Radio Cuásares Gigantes (GRQ), fueron descubiertas mediante un estudio de 369 radiocuásares utilizando el Radio Telescopio Gigante de Ondas Métricas (GMRT) en la India. La amplia cobertura y sensibilidad del GMRT fueron esenciales para detectar estas enormes y distantes estructuras.
La magnitud es casi incomprensible: imaginemos de 20 a 50 galaxias de la Vía Láctea dispuestas una al lado de la otra. Esto pone de relieve cuán extremos son estos objetos.
Cómo se forman y evolucionan los cuásares
Los cuásares son núcleos galácticos con agujeros negros supermasivos en su centro, que se alimentan activamente del gas y polvo circundantes. No todos los agujeros negros se convierten en quásares, pero cuando lo hacen, el proceso es catastrófico. La materia que cae forma un disco giratorio, que se calienta a temperaturas extremas y emite una intensa radiación.
Un paso crucial en este proceso es la formación de chorros. Los campos magnéticos canalizan el gas ionizado lejos del agujero negro a una velocidad cercana a la de la luz, creando chorros gemelos que se expanden hasta formar vastos lóbulos a lo largo de millones de años.
Influencia ambiental en el desarrollo de aviones
El equipo descubrió que alrededor del 14% de estos GRQ residen en densos grupos galácticos o a lo largo de filamentos cósmicos. Estos entornos afectan significativamente la evolución de los aviones:
– En regiones más densas, los chorros se ralentizan, se curvan o se interrumpen debido al gas circundante.
– En regiones más vacías, los chorros se expanden libremente a través del espacio intergaláctico.
Esto sugiere que el entorno que rodea a un cuásar desempeña un papel importante en la configuración de su estructura.
Asimetría y evolución en el tiempo
Muchos de estos quásares exhiben asimetría de chorros de radio : un chorro es más largo o más brillante que el otro. Esta disparidad revela que los chorros están chocando con condiciones cósmicas desiguales.
Cuanto más lejos están estos quásares, mayor es la asimetría. Esto probablemente se deba a que el universo primitivo era más denso y caótico, lo que provocaba que los chorros se distorsionaran y chocaran con las nubes de gas.
Estos hallazgos proporcionan información crítica tanto sobre la evolución de los cuásares como sobre la naturaleza del medio intergaláctico. Las débiles emisiones que conectan entre lóbulos a menudo hacen que sean difíciles de detectar, lo que hace que los estudios de radio de baja frecuencia sean esenciales para identificar estos sistemas.
En última instancia, estos GRQ son un recordatorio de la física extrema que está en juego en el cosmos y de cómo el medio ambiente puede moldear dramáticamente incluso las estructuras más poderosas del universo.


























